En 1975, el maestro Enrique Buenaventura inicia en la Universidad del Valle una serie de talleres sobre la dramaturgia de Bertolt Brecht y seminarios de Historia del Teatro, abiertos a toda la comunidad universitaria (profesores, colaboradores y estudiantes) con el objetivo de ir configurando el modelo pedagógico a implementar en lo que sería el Plan de Estudios de Arte Dramático.
Estos talleres dictados por el Maestro Buenaventura y otros actores del Teatro Experimental de Cali, TEC, como Guillermo Piedrahita, Helios Fernández y Danilo Tenorio, comprendían las siguientes asignaturas: Análisis del texto, Teoría del espectáculo, Taller de expresión corporal y Taller de actuación. Durante este periodo 1975-1977 se realizaron dos montajes como resultado del desarrollo de los talleres: El que dijo sí y el que dijo no, una adaptación de la obra de Brecht realizada por el Maestro Enrique Buenaventura y La excepción y la regla de Bertolt Brecht.
La actividad desarrollada en los talleres desembocó en la participación en festivales y actos especiales creando gran expectativa e interés en toda la comunidad universitaria, por lo que en 1977 el Departamento de Letras, tras un estudio del trabajo artístico, literario y crítico teatral del maestro Enrique Buenaventura, solicita a la rectoría y al Consejo Directivo de la Universidad que le confiera el título de Doctor Honoris Causa en Letras. La Universidad le concedió esta distinción el 9 de Septiembre de 1977, y lo vinculó como profesor nombrado.
Con el nombramiento del maestro Buenaventura se consolidan las actividades teatrales que se venían desarrollando en la Universidad, hasta el punto de viabilizar las gestiones necesarias para la creación de una escuela de teatro como espacio de docencia e investigación, ligado a un movimiento cultural nacional y al quehacer diario de la Universidad.
En 1978 el Departamento de Letras asigna a los profesores Carlos Vásquez y Enrique Buenaventura realizar el diseño de un proyecto de plan de estudios. El modelo pedagógico del proyecto se sustentó en tres ejes, la investigación, la experimentación y la producción, pretendiendo establecer un espacio para la formación de los profesionales de teatro capaces de dinamizar y fortalecer el movimiento teatral colombiano. Este proyecto fue sometido de 1978 a 1980 a consideración de las distintas instancias universitarias, aprobándose sin ninguna modificación.
En 1980, el ICFES le otorga la licencia de funcionamiento, dando inicio al Plan de Estudios de Teatro con carácter de Licenciatura. Al iniciarse el plan todos los docentes carecían de título a nivel superior universitario pues en Colombia no existía ninguna universidad que lo otorgara, por lo que realiza un plan de homologaciones y titulación de los docentes.
En 1983, el Maestro Enrique Buenaventura se retira de la dirección de la escuela; se nombraron monitores para algunas áreas y se nombró una secretaria para la Sección de Teatro. En 1984, el ICFES le permitió el otorgamiento del título y en 1987 este mismo instituto aceptó el cambio de denominación de Licenciado de Teatro a la que actualmente se conoce como Licenciado en Arte Dramático. En 1990, el plan de estudios adopta el modelo de flexibilidad curricular, reglamentado por la universidad, dividiendo las materias en Obligatorias, Electivas Profesionales y Electivas Libres, con el fin de promover la interdisciplinariedad al interior de cada facultad.
A partir de 1993, el programa introdujo nuevas concepciones con respecto a la formación del actor, importante gestión iniciada por los profesores Mauricio Doménici y Hector Fabio Salomón, dirigidas hacia el trabajo sobre el texto dramático y la construcción del personaje, así como también sobre las áreas de movimiento y voz. El programa se propone, desde entonces, la formación de un licenciado-actor, capaz de encarnar diversos personajes a partir del análisis y la interpretación del texto dramático; estas nuevas experiencias se producen a partir de un importante intercambio y acercamiento con la ASAB – la Academia Superior de Artes de Bogotá. Esta escuela de teatro había estructurado un método de formación en la que participó en su diseño el profesor Alejandro González Puche, egresado con honores de la Academia Teatral Rusa de Moscú GITIS y la profesora Ma Zhenghong, egresada igualmente de esta academia, y posteriormente vinculados en 1996 a la Universidad del Valle, al Departamento de Artes Escénicas. Desde entonces la formación artística y pedagógica ha dinamizado nuevos procesos e implementado una dedicación de tiempo completo a la formación profesional del Licenciado en Arte Dramático, como principio fundamental para una poética de la pedagogía teatral.
Los años entre 2006 y 2013, durante los cuales el Departamento, a raíz de dos procesos de autoevaluación, experimentó un crecimiento de infraestructura muy grande, particularmente la inauguración y plena adecuación de la Sala de Teatro Univalle, también correspondieron a un proceso de profesionalización muy alta del equipo de profesores nombrados y contratistas del Departamento de Artes Escénicas. Finalizando este período, la totalidad del equipo nombrado había llevado a cabo un estudio de posgrado, y para finales de 2020, 67% de los profesores nombrados tendrán títulos de doctorado, cifra de las más altas de la Universidad del Valle.
A raíz de esta profundización en procesos de investigación, el Departamento experimentó dos nuevas dinámicas que han transformado la vida en el programa por completo en los últimos siete años: primero, el fortalecimiento de los procesos de investigación, con la consolidación de los dos antiguos grupos de investigación y la creación de tres grupos nuevos, y los eventos nacionales e internacionales y nuevas dinámicas pedagógicas que han surgido de este fortalecimiento; y segundo, la creación de la Maestría en Dirección y Creación Escénica, que ya está graduando a su segunda cohorte en Bogotá (con gran éxito artístico, académico e incluso administrativo), y está a punto de iniciar su tercera cohorte en la Sede de Univalle en Bogotá, en convenio con la Escuela de la Casa del Teatro Nacional.
Somos de los pocos programas académicos de la universidad donde la gran mayoría de los profesores nombrados participan tanto de las actividades de los grupos de investigación, como de la docencia del pre-grado y del pos-grado. Esto permite una constante reflexión sobre la formación inicial de nuestros estudiantes, y su relación con la investigación y la vida profesional. Aunque las actividades de posgrado no son del programa de Licenciatura en Arte dramático, la retroalimentación que generan estas nuevas dinámicas, las reflexiones y hasta reformas curriculares que han provocado, especialmente en procesos de evaluación, pedagogía e investigación, y los puentes que han creado para los estudiantes en términos de contactos y estudios nacionales e internacionales, no tienen precio, y han enriquecido la vida académica del programa de gran manera.
Son justamente estas nuevas dinámicas que han suscitado entre nosotros de seguir replanteando el programa a la luz del Acuerdo 025 del Consejo Superior y de la Resolución 18583 del Ministerio de Educación.
El programa ha contado con las siguientes modificaciones:
− A raíz de los talleres dictados por el maestro Enrique Buenaventura y su vinculación con la Universidad del Valle, se elaboró un Plan de Estudios de Arte Dramático que se plasmó en la Resolución 368 del 27 de julio de 1978, dando inicio al Programa Académico.
− Con el inicio del Plan de Estudios en 1980, y su desarrollo durante dos años, se decidió hacer unos ajustes al programa que se plasmaron en la Resolución 099 del 22 de julio de 1982.
− El maestro Buenaventura se retira de la dirección en 1983, y se hacen modificaciones al programa que aparecen en la Resolución 029 del 28 de febrero de 1985.
− Entre 1985 y 1987, se consolida el programa cada vez más, y en 1987 se hace el cambio de denominación de Licenciatura de Teatro a la de Licenciatura en Arte Dramático; así mismo se hacen modificaciones que se plasman en la Resolución 168 del 26 de noviembre de 1987.
− Con las negociaciones en torno a la inminente fundación de la Facultad de Artes Integradas, y las evaluaciones curriculares que se llevaron a cabo, sobre todo en cuestiones de nuevos planteamientos sobre la flexibilidad, integralidad e interdisciplinariedad, se propusieron unas modificaciones al Programa que se elaboraron en las Resoluciones No 046 del 6 de mayo de 1993 y No 081 del 26 de agosto de 1993.
− Con la publicación del Acuerdo 001 del 3 de febrero de 1993, que estableció el marco general de la estructura curricular de la Universidad del Valle, concerniente la flexibilidad, autonomía, integralidad e interdisciplinariedad del programa, se hizo una reforma del programa que resultó en la Resolución 092 del 30 de junio de 1994, resolución que inició su vigencia en el primer período de 1995.
− Con la jubilación de cuatro profesores nombrados adscritos al programa entre 1989 y 1996, especialmente el maestro fundador y fuente visionaria del programa, Enrique Buenaventura, y con el nombramiento de cuatro nuevos profesores en los mismos años, se emprendió una reforma globalizante del programa, con una transformación radical en los planteamientos pedagógicos, investigativos y evaluativos del mismo (y al mismo tiempo se cambió la denominación de la Licenciatura de Plan de Estudios a Programa Académico), mediante Resolución 016 del 28 de enero de 1999.
− Con la publicación del Decreto del Ministerio de Educación Nacional No 272 del 11 de febrero de 1998, y la necesidad de someterse a este Decreto, se hizo una Reforma del Programa que resultó en la Resolución 158 del 14 de octubre de 1999, resolución que inició su vigencia en el primer período del año 2000.
− Con el nombramiento de dos nuevos profesores en el año 2002, y con las reflexiones generadas por cinco años de aplicación de la transformación radical del programa que se había hecho al currículo en la reforma anterior en 1999, y para adecuar su estructura al Acuerdo 009 del 26 de mayo de 2000 del Consejo Superior, reforma exhaustiva que se hizo sobre la vida académica en la Universidad del Valle, se hicieron unos ajustes al programa que resultó en la
Resolución 039 del 11 de febrero de 2004, resolución que empezó a implementarse en el segundo período de 2004.
− Entre 2005 y 2013, a raíz de la evolución del programa señalada arriba, y de los debates a nivel nacional acerca de las Licenciaturas, se emprendió una reforma del programa para fortalecer y “sustentar, con mayor rigor, el componente pedagógico e investigativo, reflejados en gran parte de las asignaturas”, reforma que se desembocó en la Resolución 024 del 7 de marzo de 2013 del Consejo Académico, programa que empezó a implementarse en el segundo período del 2013.
− En 2015, aparecen el Acuerdo 025 y la Resolución 136, y así mismo se publica la Resolución 18583 del Ministerio de Educación, y el Programa emprende una nueva reforma para someterse a los planteamientos de estos documentos, proceso que resulta en la Resolución 078 de 12 de julio del 2018 del Consejo Académico, resolución que empezó a implementarse en el primer período de 2019.
La carrera se encuentra con reconocimiento de acreditación de alta calidad por parte del Ministerio de Educación Nacional mediante la Resolución No. 16196 del 30 de septiembre del 2015 por 4 años, y está actualmente esperando la Renovación de esta Acreditación después de llevar a cabo un proceso de Autoevaluación a finales de octubre 2019.
El programa se inscribe en el campo disciplinar delimitado por el arte, y los procesos cognitivos y formativos del arte constituyen un ámbito claramente diferenciado de las formas de pensamiento de la ciencia, la tecnología y las humanidades. Las artes constituyen a su interior, también, un campo de opciones diferenciado. El Arte dramático, como disciplina particular, es ante todo una práctica escénica. En su núcleo básico, la educación dramática es el proceso de enseñanza-aprendizaje de un ejercicio teórico práctico: la representación simbólica de la acción. En ésta hay implícitos diferentes tipos de procesos y conocimientos: el análisis e interpretación de textos, el estudio del contexto de la creación, el desarrollo de las capacidades expresivas y el entrenamiento corporal y vocal, la investigación de fenómenos sociales y culturales, y una capacidad crítica e interpretativa de las acciones diversas de la vida humana. Los principios metodológicos de la representación escénica han sido establecidos y transformados por grandes dramaturgos, actores, directores, y teóricos teatrales en diversos contextos históricos dentro y fuera de la tradición europea. Los métodos de la actuación se conocen primero a través de ejercicios escénicos prácticos y, de una forma gradual, se construye el conocimiento del «sistema» pilar fundamental del saber pedagógico del licenciado en arte dramático. La representación escénica no es un arte que requiera de aprendizaje temprano, como en el caso de la música o la danza, por eso, el saber disciplinar tiene que ser abordado en el programa de estudios como condición inicial obligatoria para posteriormente enfrentarse a la sistematización pedagógica. Este último punto es de gran importancia a la hora de enfrentar la dificultad principal de la situación actual de las licenciaturas en Colombia, la de los contenidos pedagógicos, porque la temprana formación en las otras artes, que asegura la apropiación de la metodología técnico-artística previa y facilita la organización curricular posterior que mantiene el aspecto técnico y fortalece aspectos pedagógicos, es ausente en el área de la formación teatral. Y hay que hacer hincapié constante de esta particularidad de las artes escénicas a la hora de sustentar la predominancia de talleres prácticos en las licenciaturas de teatro.
El Licenciado en Arte Dramático tendrá que ser, en consecuencia, un profesional entrenado en los complejos procesos de la creación artística, su documentación y realización; y la interpretación desde la praxis dramática (análisis del texto, actuación, entrenamiento corporal y vocal). En una segunda instancia, ya de carácter epistemológico, la interpretación y creación dramáticas podrán ser racionalizadas como teoría pedagógica y didáctica. No es incidental que las otras disciplinas acuden al conocimiento teatral para apoyar los procesos pedagógicos: porque hay algo en la práctica profesional teatral que coincide con los planteamientos fundamentales de la pedagogía.