Departamento de Artes Escénicas

Cecé

de Luigi Pirandello
Dirección: Everett Dixon
Estreno: 2009

El Departamento de Artes Escénicas anuncia el estreno de Cecé de Luigi Pirandello, bajo la dirección de Everett Dixon.



Johan Manuel Millán y Jhon Alexander Buitrón (Cecé y Squatriglia)
en Cecé de Luigi Pirandello. (Foto: Adriana Londoño)



Ser capaz de seducir es creer que uno merece el amor. Los jóvenes, educados a ser modestos, terminan torpes en el amor porque toman muy a pecho la modestia. Esto se complica, además, por una confusión sobre la propia identidad. Es difícil conocerse, y más difícil para el joven que no es dueño de sus propios sentimientos. Antes de poder seducir, hay que tener un centro, un ser propio, una identidad, una seguridad. Es difícil encontrar una palabra adecuada, porque nunca tiene el suficiente calor humano.

Muchos de nosotros, esquivando la vida, nos entregamos a sus placeres porque no nos encontramos. Nos volvemos borrachos o viciados o jugadores porque admitir lo que realmente queremos sería emprender acciones para conseguirlo, y de pronto hacer cosas que consideramos "malos". Vivir plenamente es encontrarse, conocerse, hacer. Teniendo una educación moral todos nosotros (incluso los que piensan que no), nos convencemos que no podemos hacer ciertas cosas, porque no las merecemos - como el amor. Y luego nos convencemos que somos "borrachos" o "tímidos" o "torpes" porque es más cómodo.

A veces, tenemos suerte, y la vida nos impone un rol para jugar. Y aunque no creamos que merecemos los privilegios que vienen con este rol, ni nos sintamos capaces de cumplir realmente, nos sentimos más libres de atrevernos porque solamente estamos jugando un papel. Estamos jugando, y sabemos que es una cosa temporal - que no es una cosa seria. Pero con el tiempo, empezamos a identificarse con nuestro papel, y poco a poco nos damos cuenta que este papel, aparentemente ajeno a nosotros mismos, está mucho más afín con lo que realmente queremos que nuestros hábitos "débiles" como el trago o el vicio. Nos damos cuenta que, jugando un papel, nos hemos encontrado.

Pirandello es un autor extraordinario, porque toca de manera profunda un tema que otros autores tocan con superfluidad. Para otros, juegan con el problema de la identidad, y la diferencia entre le sueño y la realidad, de manera formal, para jugar y manipular a sus personajes. Pero el problema de Seis Personajes en busca de un autor es el mismo que el de El Placer de la Honestidad y de sus 45 demás obras: es el problema de encontrarse, como un problema universal y trágico. De hecho, Encontrarse es el título de una de sus obras, y hay críticos que llaman a Pirandello el único trágico moderno.



Johan Manuel Millán y Jhon Alexander Buitrón (Cecé y Squatriglia)
en Cecé de Luigi Pirandello. (Foto: Adriana Londoño)



Cuando yo era más joven, yo reducía este problema al tema de la dignidad personal - pero la palabra no satisface. El abismo que siente el joven ante la inmensidad de la vida, y la imposibilidad de ubicarse en ella - el mismo abismo que hace que la mayoría de los suicidios ocurren entre 15 y 25 años de edad - no sólo es un problema de dignidad. El mareo que siente el marido o la mujer engañado, la impotencia y angustia desgarradores de ver su propio ser borrado de la existencia como en El Difunta Matias Pasqual, la humillación que padecen diariamente los feos, torpes y rechazados de la sociedad - todo esto es difícil de resumir en una sola palabra. Lo cierto, sin embargo, es que Pirandello no trata este tema de la angustia del ser humano desarraigado y desmoronado de manera fría y filosófica, como muchos dramaturgos posteriores - las obras esquemáticas de Sartre y Camus vienen a la mente - sino infunde sus obras de una piedad humana muy personal, puesto que él mismo vivió a flor de piel esta angustia en su propio matrimonio con una mujer que amaba pero que se enloqueció. Pirandello no es un intelectual jugando con sus personajes como peones sobre un ajedrez, sino un gran obervador de una vida y de una gente que amaba profundamente. <>Cecé podría también llamarse Elogio a la Mentira, y aunque dure apenas 50 minutos, es una pieza virtuosa. En esta obra se cristaliza todo lo esencial "pirandelliano" en una estructura compacta y elegante: el problema de la desdicha, indignidad y desmoronamiento personales, la belleza sensual de la vida, la capacidad del ser humano de dar sentido a su vida re-inventándose, la embriaguez de personajes en un constante vuelo de improvisación, etc. En algo Pirandello es Cecé: teje una mentira elaborada y engaña descaradamente a todo el mundo, pero en el proceso pone a sus interlocutores a tomar un nuevo respiro y lograr un momento de felicidad. Pirandello es puro teatro porque nos enseña que la mentira también puede dar felicidad, siempre cuando sepamos que estemos mintiendo.



Johan Manuel Millán y Jhon Alexander Buitrón (Cecé y Squatriglia)
en Cecé de Luigi Pirandello. (Foto: Adriana Londoño)



Reparto

Cesare Vivoli, llamado "Cecé" - Johan Manuel Millán
El comendador Gianino Squatriglia - Jhon Alexander Buitrón
Nada - Oriana Gironza
Camarera - Vanessa Duarte
Camarero - Juan Pablo Astudillo

La acción ocurre en la habitación de Cecé en un hotel de lujo.

Ficha Técnica

Dirección - Everett Dixon
Productor - Juan Pablo Astudillo
Diseño de Producción - Grupo de Montaje

 

Enlace al sitio de Atención al Ciudadano de la Universidad del Valle